Lo más probable es que al hablar de violencia de género, nos venga a la cabeza la imagen de un hombre pegando o humillando a una mujer. La realidad es, que este tipo de violencia machista es la más visible pero no la única que existe. Hay una serie de micromachismos que aceptamos e incluso transmitimos a nuestros hijos, ya que aún en el S.XXI los consideramos adecuados.

Los micromachismos (mM) son conductas ocultas habituales y cotidianas que implica dominación del hombre sobre la mujer, sin ser una dominación física. Este tipo de violencia se clasifica en 4 tipos.

  1. mM de utilitarismos y manipulaciones. Dentro de este tipo están las “tareas de las mujeres” como son el asumir que la responsabilidad del cuidado de ascendentes y descendentes es responsabilidad femenina, así como el cuidado de la casa. Dentro de éste tipo está la distinción de roles que aún hoy día están asumidos por la mayoría de la sociedad, el hombre lleva el dinero a casa y la mujer tiene que encargarse del hogar y del cuidado de las personas.

 

  1. mM encubiertos. Utiliza la confianza que la mujer deposita en el hombre para coartar sus deseos y llevarla por el camino que el varón quiere, usando en muchas ocasiones la manipulación. Dentro de esta categoría nos encontramos, por ejemplo, con la inclusión invasiva de terceros que consiste en ocupar el tiempo vincular con amigos, reuniones,… dejando de existir los espacios de intimidad. Frecuentemente está acompañado de la acusación hacia la mujer de “poco sociable”.
  2. mM coercitivos. Se valen de la fuerza moral, psicológica o económica para dominar a la mujer y convencerlas de que nunca tienen razón. Esto provoca una falta de confianza en sí mismas, en sus razonamientos y en sus decisiones. Un ejemplo de este tipo de mM es el control del dinero que se basa en la creencia de que el dinero es patrimonio masculino y se presenta de varios modos.
    1. No información sobre usos del dinero común
    2. Control de gastos y exigencias de detalles, lo que obliga a la mujer a pedir.
    3. Negación del valor económico que supone el trabajo doméstico, cuidado y crianza de hijos o personas.

 

  1. mM de crisis. Este tipo de mM se observa cuando el poder de la mujer aumenta dentro de la pareja y se trata de mantener el equilibrio existente anteriormente. Dentro de este mM nos encontramos con el hipercontrol que consiste en aumentar el control sobre las actividades, tiempos o espacios de la mujer, frente al temor que el aumento real o relativo de poder de ella pueda dejarlo a él en un segundo lugar e inferiorizado.

– JAIONE GARCÍA COUCEIRO –