La semana pasada, podíamos ver en las noticias y en las redes sociales una alarma acerca de un nuevo trastorno psicológico llamado “selfitis” usando como referencia la APA o Asociación Americana de Psiquiatría,y cuya definición es: “Deseo obsesivo compulsivo de tomarse fotos como una manera de compensar la falta de autoestima y llenar un vacío en la intimidad”. Ahora bien, cuando se acude a la página de la APA, lo que nos encontramos es lo siguiente:

 

Desde que apareció el término “selfie” en nuestras vidas, allá por el 2002 y más desde que nuestros móviles poseen la doble cámara, es cierto que quien más y quien menos nos hemos hecho una “autofoto”, bien solos o bien en compañía y la hemos colgado en las redes. Los famosos los usan como herramienta para compartir su vida con los demás y parecer personas más cercanas, asequibles y lograr más atención y seguidores.

Aunque no es un trastorno reconocido por la APA, sí es cierto que hay un estudio que relaciona la frecuencia con la que las personas se hacen selfies con los niveles de autoestima. En dicho estudio de la Universidad de Nottingham Trent y la Escuela de Administración de Thiagarajar, de la India, llegaron a cuantificar los niveles de gravedad del problema y a relacionar dichos niveles con la búsqueda de atención y la confianza en uno mismo, así como la necesidad de aumentar su posición social y la necesidad de pertenencia al grupo.

 

En los últimos años, al ir cambiando la realidad que nos rodea, al entrar en nuestras vidas el mundo virtual, han surgido (y seguirán surgiendo, naturalmente) nuevos trastornos a nivel psicológico. Las adicciones sin sustancia han sufrido un cambio enorme, ya no se limitan al juego o las compras, sino que los videojuegos, internet, el móvil…son ahora más protagonistas. Estos años, los psicológos venimos alertando de la importancia del buen uso de las herramientas de internet. (en nuestro centro también tenemos cursos para la PREVENCIÓN DE ADICCIONES A INTERNET, VIDEOJUEGOS Y MÓVIL). Si a eso le unimos la importancia del culto a la imagen que viene imperando también en las últimas décadas, podemos entender la relación entre el abuso de “selfies” y ciertas variables psicológicas. Si hablamos de datos, España es el país europeo donde más personas se confiesan “adictos” al selfie (y hace unos años también era el segundo país europeo en el ranking por muertes a causa de ellos) .

No es difícil pensar que, cuando la inseguridad de una persona es grande, ésta se vea más influída por la reacción que puedan tener los demás hacia ella. Al estar expuest@ en las redes, esas respuestas son inmediatas y más numerosas (“likes”, comentarios…). Se generará así un círculo vicioso que hace que las personas cuelguen más fotos y busquen esa reafirmación, que les haga depender más de las respuestas que obtengan y así sucesivamente. Que estas personas puedan sufrir ansiedad a la espera de que los demás avalen sus publicaciones o que puedan obsesionarse por mostrar una imagen de sí mism@s estudiada y lo más perfecta posible es una realidad pero, de momento, la “selfitis” no está reconocida como un trastorno psicológico con entidad propia.

De todos modos, si tienes algún problema relacionado con las nuevas tecnolgías y sientes que tú sol@ no puedes solcuionarlo, no dudes en pedirnos ayuda.

Elena Suárez Fernández

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