En la televisión podemos ver un anuncio de la lotería, en la que la gente, pensando en lo que harían si les tocaba el premio, responden: “¡Pfffff!” y, a cada uno, le toca imaginarse qué significa. Este anuncio me hizo recordar algunas conversaciones en consulta, en las que varios pacientes (y no pocos) me comentaban que, de ser ricos, alcanzarían la felicidad porque podrían pasarse la vida sin hacer nada.

Es muy común entre las personas, el imaginarse la estampa de la felicidad en una tumbona, bajo un cocotero (o similar); en la época previa al verano, más de un@ suspira por estar “vagueando”. De hecho, muchos planes de vacaciones consisten precisamente en eso y nos recorremos una cantidad enorme de kilómetros e invertimos, por qué no decirlo, mucho dinero, para alcanzarlo. Después, la realidad, no siempre acaba alcanzando al lugar donde ha llegado nuestra imaginación.

Lo curioso es que a todo esto, aunque no nos demos cuenta, subyace una idea irracional: LA FELICIDAD AUMENTA CON LA INACTIVIDAD, LA PASIVIDAD Y EL OCIO INDEFINIDO

Como la mayor parte de las cosas de esta vida, la medida es lo importante. La vida que llevamos, suele estar llena de tareas, rutinas… que nos envuelven y hacen que no veamos más allá del día a día. Esto hace, que igualemos la felicidad a la relajación total, al no hacer nada. En realidad, esto no suele ser así, la inactividad suele generar tristeza cuando es continuada en el tiempo.

De hecho, el mantener esta idea puede traer problemas  de ansiedad, falta de realización en la vida, depresión, victimismo… incluso hay un “síndrome de los Campos Elíseos” que afecta a los japoneses que viajan a París esperando una ciudad llena de cultura, belleza y armonía (esa ausencia total de estrés) y se encuentran con la realidad, una ciudad con sus prisas, su gente, tráfico…algunos han de ser hospitalizados por alucinaciones, ansiedad, taquicardias…

Es lo que tiene el buscar la felicidad en un concepto o una situación idílica, rara vez se puede alcanzar y, de hacerlo ( ya digo que es muy muy difícil, estadísticamente hablando), rara vez podrá cumplir todas nuestras expectativas. Y es que la felicidad no es un concepto simple, basado en un único factor, y dentro de ella, por supuesto que el ocio y el descanso están incluidos, pero réplicas rolex también lo está el esfuerzo, el trabajo, el superar retos… ¿Quién no se ha sentido satisfecho después de alcanzar un objetivo difícil?o, compartiendo una tarea con personas a las que uno aprecia o, simplemente, después de sudar la gota gorda en el gimnasio? por poner algunos ejemplos.

El ocio, el descanso, han de formar parte de nuestro día a día, relajarnos, hacer algo tranquilo por nosotros mismos, en la medida en la que se pueda. Ir disfrutando de esa inactividad momentánea, a la vez que podemos disfrutar de las cosas que hacemos.