Todos los cursos escolares se ve la misma imagen, los niños – adolescentes quejándose si tienen que leer tres libros cada trimestre y los profesores repitiendo que es muy importante leer y que están fomentando la lectura. A pesar de que ésta metodología de imponer la lectura está muy instaurada en nuestra sociedad, en mi experiencia personal y profesional, he podido observar que en lugar de disfrutar más de la lectura cada año la desgana va aumentando. Entonces, ¿podemos fomentar la lectura?
Por supuesto que se puede gestar el gusto por la lectura, pero ha de ser un trabajo de años y sin imposiciones. Estos son algunos pasos para poder lograr que a nuestros niños les atrapen las aventuras escritas:
- Usar libros como juguetes: desde que son bebés pueden jugar con libros, los hay de tela, de plástico, para el baño…
- Tener un tiempo diario para leerles: a los niños les gusta que les lean, y es un hábito que no deberíamos perder porque ellos ya sepan leer. Es importante compartir este hobby entre padres e hijos.
- Ser ejemplo para ellos: es fundamental que nos vean leer. No podemos pedirles a nuestros hijos que lean después del colegio si ven que nosotros gastamos nuestro tiempo libre con la televisión o el móvil.
- Hablar de libros con ellos: interesarnos por lo que leen, lo que les ha gustado y lo que no.
- Regalarles libros y visitar bibliotecas: hay que tener en cuenta la edad del niño para escoger uno adaptado a su edad y a sus gustos. Del mismo modo, hay que dejarles libertad de elección para que lean lo que les atrae realmente. ¡Ir a la biblioteca es un plan genial para esas tardes lluviosas en las que muchas veces no sabemos qué hacer!
Al igual que podemos fomentar la lectura, podemos conseguir que odien leer si seguimos los siguientes puntos:
- Destacar los errores: decirles que deberían hacerlo mejor, compararles con niños más pequeños,… estar corrigiendo cada palabra que leen de manera que no les permitimos que comprendan la rolex réplicas de relojes historia puesto que les estamos parando y generando una frustración que va a ir en contra de la lectura.
- Obligarles a leer: como toda obligación, genera rechazo.
- Menospreciar sus elecciones: los cómics también son lectura.
- Imponer lecturas: hacerles leer forzosamente ese libro que a nosotros nos gustó tanto. Podemos sugerirles un libro, contarles nuestra experiencia, pero siempre dejándoles escoger si leerlo o no.
- Examinarles las lecturas: obligarles a hacer un resumen, interrogarles sobre el contenido del libro,…
- Vincular los libros solo con el colegio: decirles que no deben distraerse con libros ajenos a los mandados por el colegio.
- Castigarles si no leen: no hay lugar para la negociación del tiempo empleado en cada actividad. Siempre os insistimos en que los castigos no son la solución y una de sus consecuencias es que no generan hábitos, por lo tanto para esto tampoco sirven
Así pues, ¡Convirtamos la lectura en un juego! ¡Y a disfrutar jugando!
- Jaione García –